Con la llegada de la
primavera, la naturaleza reacciona y eclosiona en todo su esplendor. Tanto plantas
y animales comienzan un nuevo ciclo. En esta época de reproducción es cuando todo se
llena de color y de sonidos de los distintos animales que nos rodean. Todo se vuelve más
alegre, pero no con ello menos peligroso. ¡Al revés! Es en esta época del año, cuando debemos tener mas precaución con nuestras mascotas, ya que hay
animales que han creado sus propias formas de defensa ante una posible agresión; y
conviven entre nosotros.
En este artículo os hablamos en concreto de la oruga
procesionaria o del pino. Este pequeño lepidóptero (Thaumatopea pytocampa) se cría
en comuna -como otros muchos de su especie- en una cápsula. Al llegar la
primavera, estos peligrosos animales empiezan a salir del huevo.
En las diferentes fases, tienen
una llamada reflejo de enterramiento, en la cual todas las orugas tienden a
migrar, cayendo al suelo y siguiendo a una hembra, que va tejiendo un hilo de
seda para saber volver al nido. Este hilo es seguido por todas las orugas,
formando esas interminables hileras tan espectaculares que tanto llaman la atención de nuestras
mascotas.
El principal problema que
encontramos casi siempre es oral. Nuestro perro se acerca a curiosear, olfatea
y la toxina hace contacto, creando irritaciones muy molestas e incluso
inflamaciones. Si, además, nuestro animal las toca con la lengua o se las
mete en la boca, la
toxina que se libera de los pelos especializados de la oruga llamada
taumatopenia (halo de proteína que ocasiona la liberación de histamina por
desgranulación de los mastocitos), provoca una potente reacción
inflamatoria, prolongada por la permanencia de los pelos que se quedan clavados
a la zona mucocutánea gracias a su particular estructura.
Esto crea -en el primer caso- una
inflamación en la lengua que a veces provoca la caída o extirpación de esa zona
afectada. En el segundo caso, puede provocar la muerte por asfixia, ya que la
glotis puede inflamarse y el animal no poder respirar.
SINTOMAS:
Si nuestro perro contacta con
esta oruga presentará una conducta irritada y nerviosa, con molestias en la
zona afectada, muchas ganas de rascarse y la consiguiente hinchazón
enrojecida e inflamada.
CUIDADOS
En cualquiera de los casos, lo que
debemos hacer es limpiar la zona con agua templada, ya que el calor hace desaparecer
un poco la toxina. Si tenemos un corticoide, deberemos aplicarlo inmediatamente y, a continuación, CON URGENCIA, llevar a nuestra mascota a nuestro veterinario.
PRECAUCIONES
No olvidéis que esta oruga se suele
criar en zona de pinos (de ahí su nombre), así que si paseáis por zonas donde haya este tipo de vegetación, no perdáis de vista a vuestra mascota y sed prudentes.
Esperamos vuestros comentarios y
sugerencias. Un abrazo para todos los amantes de los animales.
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