En
una Comunidad de Propietarios, sobre todo, los ruidos deben ser limitados y dentro
de unas horas razonables, para evitar molestias y no incordiar a los vecinos en
la medida de lo posible. Hoy en día, desgraciadamente, muchos de los canes
aúllan y/o ladran insistentemente cuando se encuentran solos, muy probablemente
debido al conocido síndrome de “ansiedad
por separación”. Otros, en su minoría, simplemente ladran cuando sienten o
perciben alguna acción cercana a la puerta de su hogar o meramente cuando suena
el timbre del mismo.
Por desgracia,
este tipo de acciones están reguladas por las Ordenanzas de cada ciudad, y sus
multas, protegiendo así al vecino molestado de ese fatigoso sonido. Los
Ayuntamientos son las administraciones encargadas de medir, controlar y
gestionar el nivel sonoro soportado por los vecinos en su término municipal. Son
ellos los que tienen que velar porque se respeten los límites auditivos, y
actuar en consonancia.
¿Cómo
evitar que nuestro perro ladre?
Si
los ladridos y/o aullidos se producen durante el día, el estruendo dificultará
la tranquilidad de la vecindad. En cambio, si se producen en horas nocturnas, imposibilitará
el sueño del vecindario, lo que puede entorpecer aún más la deseada
convivencia.
El
can, normalmente, ladra cuando se siente desprotegido
o angustiado. Si percibe que la paz de su hogar se tambalea, la defiende a
base de ladridos. Si -en cambio- ladra a todas horas, probablemente, es debido a
que no está tranquilo estando solo. En ambos casos, es conveniente solucionar
el problema con un profesional, para
evitar multas y disgustos indeseados.
Con
paciencia y tiempo, el experto canino conseguirá que el perro esté siempre sereno
y feliz en casa. Esta práctica requiere de unas técnicas determinadas, así que –en
cualquier caso- aconsejamos consultar con profesionales del sector.
¿Qué
ladridos son ruido y se castigan?
El
ruido se define como un sonido excesivo
y molesto. El exceso de sonido se llama contaminación
acústica y altera las condiciones normales del ambiente en una determinada
zona. Si bien el ruido no se acumula, traslada o mantiene en el tiempo como las
otras contaminaciones, también puede causar grandes daños en la calidad de vida
de las personas si no se controla bien o adecuadamente.
Un
informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera los 65dB como el límite superior deseable.
En
España, se establece como nivel de confort acústico los 55dB. Por encima de
este nivel, el sonido resulta pernicioso para el descanso y la comunicación.
El
ladrido de un perro tiene un promedio de entre 15dB y 100dB (a veces, incluso
más), según determinados expertos, lo que sí puede ser denunciable, pues supera
el máximo permitido sobre todo en horas nocturnas, donde la máxima permitida es
característicamente inferior a la máxima diurna.
El
ladrido esporádico de un perro no supera los límites permitidos. Aunque puede
resultar molesto un aullido compulsivo y continuo, no rebasaría el máximo
permitido. Un ruido persistente, aunque no supere la barrera establecida por la
norma de forma puntual, puede ser muy molesto, y existen ordenanzas que sí lo
castigan.
Los
aullidos de un perro -como situación sancionable- suele recogerse en las ordenanzas de protección contra ruidos
o de convivencia ciudadana.
En
otros casos, en cambio, las molestias que pueden ocasionar los ladridos a los
vecinos se recogen, además, dentro de las normas municipales específicas de tenencia de mascotas. Por ejemplo, en
Zaragoza no es necesario que el perro supere ciertos límites para que el dueño
sea sancionado con una multa económica de entre 450 Euros y 1.500 Euros.
Ejemplos
de dueños denunciados
Un
vecino de Canet d’En Berenguer ha sido sancionado por el Ayuntamiento con una
multa de 750,01 Euros por los
ladridos y aullidos de su perro, al que tenía en una terraza en el momento de
producirse las quejas.
Y,
aunque suele resultar extraño que los tribunales y las audiencias provinciales
condenen por las molestias causadas por los ladridos de un perro, la Audiencia
Provincial de Barcelona condenó a una familia de Villanova del Vallés en 2007 a
pagar 5.271 Euros por los ladridos
de sus perros, ya que sus vecinos no lograban conciliar el sueño.
Consejos
-
Eduque a su perro desde que es cachorro
para evitar malas conductas futuras.
-
Intente ser tolerante con los
vecinos que no comparten el amor por los perros.
-
Puesto que una convivencia saludable es primordial, antes de denunciar, dialogue. Quizás se resuelva la
situación de manera más pacífica y rápida.
-
Diferencie entre ladrido ocasional y ladrido persistente. En el segundo caso,
consulte con un experto para
solventar el problema.
-
Aunque los ladridos esporádicos no suelen superar el máximo de decibelios
permitido (no es denunciable), hay que evitar
que estas situaciones sucedan.
El
experto canino habla
Si
su mascota sufre de ansiedad o no puede/sabe estar solo en casa, consúltenos
cómo evitar las situaciones mencionadas. Recuerde que un perro adiestrado, es
un perro más feliz.
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