Es gratificante que en estas últimas semanas nos hayan llamado muchos dueños de perros adoptados para solicitar nuestros servicios como Adiestradores Caninos.
Es gratificante porque nos encanta saber, comprobar, ver, que los dueños de estos y otros canes se preocupan por el bienestar de sus mascotas, por darles una vida equilibrada. Y es gratificante también porque nos enorgullece saber que estas personas están dispuestos (y lo han hecho) a abrir las puertas de sus casas a estos animales que tanto han sufrido sin culpa alguna.
En casos de adopción, el primer consejo que damos es el siguiente:
"Tu perro ha sufrido el ser abandonado. Sé paciente".
A pesar de que no piensan ni sienten igual que nosotros, los perros también sufren. Después de un abandono, lógicamente, necesitan un período de adaptación; adaptación al nuevo hogar, a las nuevas costumbres, a los nuevos olores, a las nuevas sensaciones...
Ten en cuenta que el can está confundido y miedoso. No sabe qué esperar de la nueva situación, y eso le aterra. Por ello, aconsejamos que los primeros días se le saque con correa (y con una chapa con un número de teléfono para prevenir nuevos sustos), pues puede tener tentativas de escaparse y huir, debido a lo desconocido. En estos casos hay que ser paciente, mantener la calma y darle tiempo al perro para una adaptación adecuada.
El llevar al can atado te da la oportunidad de ver sus reacciones con los acontecimientos que le rodean: qué le hace estar alerta, qué le relaja, qué le gusta, qué no,... Es importante visualizar estas reacciones e intentar interpretarlas, pues facilitará la adaptación del can.
Tú eres su amigo, su maestro, su líder. Eres tú quien debe enseñarle que el mundo está bien, que es bueno que las personas le acaricien, que es bueno jugar con otros perros, que es bueno oler, que es bueno correr, que es bueno saltar,... Eres tú quien debe marcarle los límites y, con paciencia y amor, él poco a poco los aprenderá y los asumirá.
Estos perros han sufrido mucho. Por eso es fundamental marcarle las pautas de comportamiento positivamente, bien con una caricia, bien con un trozo de salchicha, bien con palabras cariñosas,... Es importante no ser muy duros con ellos al principio, pero tampoco permisivos. Él está aprendiendo a adaptarse a su nuevo entorno y no debemos premiar por ello un mal comportamiento. No hay penas.
Muchos de nuestros clientes nos dicen muchas veces: "Con lo que han sufrido...". Sí, eso es cierto. Estos perros han sufrido mucho, pero no por ello debemos hacerles infelices. Un perro es feliz cuando está equilibrado y esto sólo se consigue cuando tiene una vida equilibrada, con una buena alimentación, con un buen rincón para dormir, con sus normas, con sus juegos, con su sesión de cariño,... pero equilibrado, todo equilibrado. El hecho de premiar un mal comportamiento o permitirle realizar algo que -en circunstancias normales- no permitiríamos, sólo perjudica al can, no le hace feliz.
Dentro de la casa, el perro ha de saber cuál es su lugar. Recuerda que tú eres el líder de la manada, su maestro. Tú eres quien debe decirle dónde debe estar y cómo. En muchas ocasiones y sobre todo al principio, los perros adoptados se muestran inquietos e inseguros en su nuevo hogar. Si nosotros nos mantenemos en calma y tranquilos, trasmitiremos esas mismas sensaciones al can. Os recordamos que hay que tener paciencia con estas situaciones, sobre todo al principio. ¡Y no flaquees! Recuerda que estás haciendo lo correcto, lo mejor para tu mascota. Con el tiempo, verás los resultados positivos que tienen efecto en él. Entonces serás recompensado.
Es importante, sobre todo al principio, que no invites a mucha gente a tu casa para ver al can. Esto puede agobiarle y, seguramente, la adaptación será más lenta y costosa. Recuerda que cuanta más calma y más tranquilidad, más agradable será para él y más seguro se sentirá. Dale tiempo a que se acostumbre a las nuevas sensaciones.
A la hora de comer, sucede lo mismo. La mejor forma de alimentar a tu can es esperar a que esté sentado. Una vez se sienta, tú le dejas su plato de comida y le das la orden de que ya puede empezar a comer. Hasta que tú no le des la orden, el perro no debería comer. Si el perro se mueve cuando estás dejando su plato de comida en el suelo, lo levantas otra vez y empiezas de nuevo. Este ejercicio requiere una inyección extra de paciencia, pero seguro que lo conseguirás. Quizás inviertas más de treinta minutos o una hora en conseguir que tu perro se siente y espere tu orden, pero valdrá la pena.
Es importante mantener una rutina para la mejor adaptación del can. Una sesión de ejercicio, una sesión de juegos, una sesión de cepillado, un control veterinario... Al principio, los dos os estáis conociendo, así que a ti todo te llamará la atención tanto o igual que a él. Siempre, siempre, siempre, sé paciente y mantente tranquilo. Es la mejor forma de conseguir los objetivos que te has marcado.
Este post está dedicado a todas aquellas familias que han adoptado un perro, abriéndoles las puertas de su casa y de su corazón.
En especial, este post está dedicado a Luca y a Dani, dos galgos que han sido adoptados por Paloma y Carlos con toda la ilusión del mundo.
¡Gracias, chicos! Gracias a vosotros y a todos aquellos que han seguido el mismo ejemplo.
LUCA
DANI
Vaya Angel! Mucha gracias!.. Nos ha emocionado muchísimo leer el final del post y ver que no lo has dedicado a los cuatro....
ResponderEliminarLa verdad es que hasta ahora la teoría la sabías pero ver como tu perro se transforma en el momento en el que entra en contacto con su entrenador, eso te hace ver, que la teoría no la habías puesto en práctica.
Nos has enseñado mucho y nos has encauzado a estos perrillos y a nosotros y nos has dedicado un montón de tiempo y eso no está pagado.
Te damos las gracias de corazón y esperamos vernos muy pronto.
Besos, Paloma y Carlos.