Pueden recoger objetos, abrir y cerrar puertas, detectar subidas o bajadas de azúcar o un ataque epiléptico.
Los perros son conocidos por ser uno de los animales más fieles, tanto que darían su vida por nosotros. Pero sin ir tan lejos, su lealtad les lleva a hacer más fácil y valiosa la nuestra. Para esto tan solo es necesaria su compañía, sentirles acurrucados a nuestro lado, una caricia en el lomo o un lengüetazo por sorpresa. Basta con que estén a nuestro lado. Eso, y saber que cuando volvamos a casa de trabajar, de dar un paseo o de ir a comprar el pan, y aunque solo hayan pasado cinco minutos, nos espera toda una fiesta al abrir la puerta.
En otras ocasiones, la valía de nuestro perro va más allá. De sobra es conocida la labor terapéutica que ejercen estos animales, son capaces de sacar sonrisas a niños enfermos que viven ingresados en hospitales, hacen compañía a los ancianos para romper su soledad, consiguen respuestas en personas que sufren autismo o dibujan una sonrisa en el rostro de personas que sufren depresión. Un perro ama sin condiciones, sin prejuicios, sin pararse a pensar. Un perro ama, y el amor es la mejor cura.
Un perro también facilita el día a día de personas que sufren alguna discapacidad y vela por su bienestar. Pueden recoger objetos que se caen al suelo, coger el teléfono, abrir y cerrar las puertas, alertar a personas sordas y aumentar su nivel de confianza y seguridad ya que, gracias a él, hacen frente a situaciones que hasta ese momento eran imposibles.
Y lo más importante, salvan vidas. Saben alertar de las subidas o bajadas de azúcar en personas que sufren diabetes, detectar ataques de epilepsia o alertar a los vecinos si su dueño se desmaya, se cae o en situaciones en las que la rapidez de actuación es decisiva. Los perros son extraordinarios.
Roncescan, perros de ayuda
Pero para hacer todo esto, han de estar debidamente entrenados. Con el objetivo de educar a estos maravillosos compañeros y el de ayudar a quienes lo necesitan, personas –también extraordinarias- como Víctor de Ron y Sonia Villa han creado la Asociación sin ánimo de lucro Roncescan. Víctor y Sonia eligen a los mejores perros en función de la persona a la que vayan destinados y los entrenan desinteresadamente, porque si algo tienen en común estas personas es la falta de recursos. El precio de estos perros oscila entre los 20.000 y los 60.000 euros. Víctor y Sonia los entregan gratis.
Víctor, Sonia y todos los que apoyan a esta asociación, desde los que ayudan con donativos a los que se hacen socios pagando una pequeña –enorme para ellos- cuota al mes, desde los criadores que les regalan cachorros hasta los que participan como voluntarios, todos ellos son dignos de alabanza porque en los tiempos que corren sacar adelante una organización sin ánimo de lucro es muy difícil. Por ello, otra forma que Víctor y Sonia han encontrado para poder continuar con su pasión es adiestrar a nuestros perros de compañía, dado que su educación es fundamental para lograr su adaptación a la sociedad y al ámbito familiar.
En su página web tienen toda la información sobre lo que hacen, fotografías de sus preciosos perros y la historia contada en primera persona de las personas cuyo día a día es un poquito mejor desde que entraron en sus vidas. También informan sobre los próximos cursos de adiestramiento y, muy importante, de todas las formas con las que podemos ayudarles a continuar con esta encomiable labor.
"La mirada de tu perro es el mejor espejo donde podrás comprobar la grandeza de tu alma"
Fuente: http://www.libertaddigital.com/
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