Ulrich es un mastín con muchos temores al que solo se le pudo hacer esta fotografía.
ANDRÉS LÓPEZ
El fotográfo español Andrés López recorre refugios de animales para retratar la belleza de mascotas abandonadas y concienciar a la sociedad sobre el maltrato a perros y gatos.
Nadie sabe qué le pasó a Ulrich. No se deja fotografiar. A veces llega a posar ante ese fondo negro que Andrés López lleva siempre consigo, pero le da la espalda en cuanto ve asomarse a la cámara. López consiguió retratarle tan solo una vez, aprovechando el momento en que Ulrich volteaba la cabeza hacia atrás para comprobar si el fotógrafo le seguía apuntando.
El motivo de su reticencia seguirá siendo desconocido. No muestra síntomas de violencia física, ni de ahorcamiento, ni guarda restos de balas como varios de sus compañeros del Centro de Protección Animal CPA) Hoope de Torrejón de Ardoz. De allí salió el pasado abril, rumbo a su nuevo hogar con la familia que le adoptó.
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La foto de López cumplió su objetivo: llegar al corazón de una persona hasta decidirse a compartir su vida con Ulrich. Es el mismo propósito que le llevó, en febrero de 2014, a crear junto a Mercedes Alonso la iniciativa Fotopets. Desde entonces, han fotografiado a más de 400 animales de compañía de más de 15 CPA diferentes. Es su aportación solidaria a una causa que surgió de la incomodidad de López cada vez que veía una imagen de alguno de estos centros de acogida de animales. "Como no tienen tiempo para hacer buenas fotos donde el animal salga bien, un día me dije: 'pues las voy a hacer yo'", se sincera.
Sentimientos animales
Su fin no es solo la adopción, sino "devolver la dignidad a estos animales". Porque, como afirma el experto en comportamiento animal Pablo Herreros, "tienen sus sentimientos y su propia personalidad". "Actualmente ya se están aplicando a los animales los mismos test que se usan con humanos para medir cinco grandes parámetros: extroversión, responsabilidad, amabilidad, inestabilidad emocional y apertura a la experiencia", indica.
Herreros explica que la estructura cerebral y las sustancias químicas asociadas a las emociones presentes en humanos también lo están en mamíferos, aves y anfibios. "También su comportamiento y sus conductas son las mismas: desde la tristeza y suicidio por dejación tras la muerte de un ser querido hasta la venganza contra quien tala un árbol o signos de amor romántico como regalos o caricias", ejemplifica. Por eso, este experto se muestra indignado ante quienes aseguran que los animales no sufren ni sienten dolor.
Es el mismo motivo que llevó a Fotopets a inmortalizar el momento de entrega de una mascota en un CPA en su Crónica de un abandono. Le tocó a Noa, cuyos dueños decidieron desprenderse de ella. Para López, ese fue, sin duda, el momento más duro en todo este tiempo en Fotopets. "En el momento en el que su dueño le quitó la correa, la perra le miró y empezó a dar saltos hacia él, como intuyendo lo que estaba pasando. Vivir eso fue tremendo", reconoce. Y ahí sigue Noa, en Hoope, esperando a quien la adopte.
Miedo al abandono
Jorge Martínez es uno de los fundadores Hoope. Está acostumbrado a esta situación. Asegura que ese miedo que Noa reflejaba en sus ojos es el común denominador de todos los animales que llegan allí. "Se sienten absolutamente desubicados, y algunos se desquician más aún al estar aquí entre cuatro paredes, sin interactuar apenas con gente", afirma.
Al contrario, también los hay que al ser adoptados no quieren salir por el miedo al abandono, o sufren ansiedad por comer, según explica Martínez. "Algo que suelen hacer es romper cosas cuando la familia se va de casa, debido a que sienten ansiedad por la separación", explica. En estos casos, él recomienda hacer simulacros de salida durante intervalos cortos de tiempo "para que vean que siempre vuelves".
Martínez destaca de los animales de compañía su capacidad para entender las emociones de las personas. "Hace poco me operaron de algo bastante grave y al salir del hospital la perra no se separó de mí en todo el día; entendía que necesitaba compañía", relata. Herreros aporta el dato científico: "Recuerdo un estudio en el que un grupo de humanos lloraban y otros hacían sonidos con la boca, y los perros se acercaban a los primeros, en actitud de consuelo". Sus principales referencias en este sentido son los biólogos Helen Fisher y Marc Bekoff.
Apoyo terapéutico
Además de consolar, los perros también sirven como estímulo a personas con algún tipo de trastorno físico o mental. Hoope trabaja con una asociación que se llama SoulCan. Según explica Tania M. Jiménez, que forma parte de ambas asociaciones, "estos animales sirven de motivación a personas cohibidas, con falta de autoestima, ya que no las juzgan". "Además, no es lo mismo rehabilitarse jugando con un perro que haciendo ejercicios en solitario", señala. "También conectan mucho con colectivos de mujeres maltratadas o con niños con familias desestructuradas, al proceder de circunstancias parecidas", añade Jiménez.
Algunas de estas personas acaban adoptando al animal en cuestión, pero no es lo común. Lo que sí es efectivo, según señala Jiménez, es el trabajo de Fotopets. "Andrés tiene un don para captar la mirada y las emociones de los animales; de transmitir lo que llevan dentro", enfatiza.
Además de fotos, López y Alonso crean calendarios para las protectoras. Ahora buscan financiación para montar una exposición fotográfica con retratos de perros sin hogar dentro del proyecto #Adoptaunperro que "ayuda a difundir fotografías bellas de estos animales para que sean más atractivos y dejen de ser perros invisibles", concluye López.
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