jueves, 26 de julio de 2012

Adiestramiento de Duque, un pastor alemán

Duque, es un pastor alemán de dos años, inquieto y ansioso por oler, jugar, descubrir... ¡Un auténtico terremoto!




Cuando sus dueños me llamaron para que le conociera, Duque era un perro muy ansioso por salir a la calle, oler y jugar con todo. Tiraba tanto de la correa, que a sus dueños les era muy difícil hacerse con él en la calle, controlarle, así que se vieron obligados a reducir sus salidas.

Duque es un perro interesado por todo, curioso, le llama la atención todo lo que le rodea, y quiere saberlo todo: de dónde proceden los sonidos, los olores,...; qué se esconde detrás de un arbusto; por qué le llaman, para qué,...; por qué pita un coche o un autobús...


Este problema es generado por una falta de sociabilización, dada por la carencia de impregnación* en sus primeros meses de edad (entre el tercer y octavo mes), creándole un continuo estado de ansiedad.

*Impregnación: Etapa en la que el perro desarrolla su adaptación al entorno.

Para ello, tuvimos que aplicarle una modificación de conducta adecuada, para después instruirle con una obediencia muy básica. Queríamos que Duque obedeciera a las órdenes de la llamada, "quieto", "sentado" y "tumbado".




Tuvimos que sacarle a diario al parque y jugar con él hasta agotarle. Una vez hecho esto, Duque estaba dispuesto a trabajar. Es un perro muy despierto, así que aprendía deprisa. Eso sí, su curiosidad le incitaba a despistarse a menudo. Eso suponía un problema. Sin embargo, Duque es un perro dispuesto a aprender, y era muy cómodo trabajar con él. Es un perro que se hace ganar, un auténtico amigo.

Después de varias sesiones y mucho entrenamiento, Duque se ha convertido en un perro que camina a tu lado cuando le sacas a pasear. No tira de la correa, lo que facilita sus salidas, ¡y las aumenta! Obedece a la llamada, al "quieto", al "sentado" y al "tumbado".

Sus dueños están impacientes por pasearle por el pueblo donde viven, orgullosos de los logros de su mascota. Salir a pasear a Duque ya no es una agonía ni una desesperaciión. Ahora salen alegres con él a correr y a jugar. Disfrutan de su perro y él de ellos. Ahora, tienen una convivencia más cómoda, más feliz.




Una vez más, hemos cumplido con nuestros objetivos.

DUQUE es un perro FELIZ. Nosotros, también.





Agradecimientos a Teresa, que nos ha permitido publicar este enlace con fotos.