Pocas cosas hay que hagan más feliz a un perro que poder correr libremente por el campo o, en su defecto, el césped de un parque. Bueno, sí: hacerlo en compañía de otros canes con los que retozar y compartir juegos. Para eso existen los parques para perros, en los cuales los animales pueden correr libremente, sin correa, siempre y cuando sus dueños los vigilen, a partir de cierta hora de la tarde, tal y como está estipulados en cada reglamento municipal. Pero para que la convivencia sea adecuada, debemos tener cuidado con nuestros animales, puesto que ellos carecen del sentido de la responsabilidad que nosotros sí tenemos. Si no queremos que un paseo por el parque se convierta en un descenso a los infiernos, tenemos que conocer las serie reglas a acatar.
No podemos pedirle a nuestras mascotas que lleguen a un entendimiento a través del diálogo con otros perros, pero sí deberíamos exigirlo a los seres humanos que cuidan de sus propios perros. Como explica en un artículo publicado en Time el amaestrador de perros Jerry Mount Sr., que trabaja en un parque de perros en el Sur de California, “¡A menudo tenemos más problemas con las personas que con los perros!” En dicho artículo, Mount y Clark Hatch del Head Bark Park de Honololu explican algunas de las reglas que tanto humanos como animales deberían seguir si quieren que la convivencia sea la mejor posible.
- Asegúrate de que tu perro está desparasitado
Aunque un animal que no haya sido desparasitado puede representar un gran peligro para los niños u otros animales, muchos dueños deciden ignorar las advertencias que indican que debemos vigilar el estado de nuestro perro con regularidad. Aproximadamente el 40,7% de los parques públicos españoles presentan una alta carga parasitaria que puede infestar rápidamente a nuestros animales. Entre todos podemos reducir esa cifra con un poco más de responsabilidad, y así la salud y seguridad de nuestro perro mejorará sensiblemente.
- Recoge sus excrementos
A día de hoy, la mayor parte de comunidades y municipios españoles han desarrollado reglamentaciones para obligar a los dueños de los animales a recoger las heces de los mismos con multas de hasta 3.000 euros en caso contrario, pero no deberíamos hacerlo por una cuestión legal, sino de sanidad pública. No es que simplemente resulten antiestéticas o molestas, sino que son un importante foco de infecciones y parásitos tanto para otros perros como para niños pequeños. Si no hay bolsas cerca, busca un periódico, pero no dejes nunca un excremento en el suelo.
- Asegúrate de que tu perro no está en celo
Dejando aparte el hecho de que puede quedarse embarazada de forma indeseada, la presencia de una perra en celo en un parque puede revolucionar al resto de animales, provocando peleas, atropellos (los machos pueden lanzarse hacia ella sin atender a razones) y otro tipo de consecuencias indeseadas. Por ello, conviene tener cuidado hasta que el celo se termine y pasearla con correa. En caso de que el macho sea nuestro, tenerlo siempre controlado. No es un castigo, es una forma de garantizar que ninguno salga herido.
- No lo lleves si no se comporta bien (o si lo va a pasar mal)
Una de las cosas maravillosas de los perros es que cada uno tiene su propio carácter, pero ello tiene su contrapartida, y es que algunos perros, simplemente, no saben comportarse. Si nuestro perro no es capaz de interactuar sin hacer daño a los demás, o no sabemos muy bien cómo va a comportarse en determinadas situaciones, es preferible que no lo dejemos libre en el parque, sino que lo juntemos en un contexto diferente con otros perros con los que sepamos que va a llevarse bien. Ello ocurre también con los que se asustan o sienten miedo, pues pueden ver convertido su tiempo de juego en un calvario.
- Conoce el parque al que lo vas a llevar
Cada uno de estos parques tiene sus peculiaridades, tanto inherentes al diseño del mismo como relacionadas con los perros que allí acuden, por lo que es importante conocerlas antes de llevar a nuestro perro a ellas. Aunque el artículo señala que las reglas de cada parque pueden cambiar, también es cierto que algunos lugares pueden tener ciertas características geográficas (agujeros, plantas, montículos) que nos dificulten mantener el control sobre el animal.
- Nunca pierdas la atención
El parque es el lugar para que el perro disfrute, y aunque nosotros también podemos relajarnos y charlar con otros dueños, en ningún momento debemos perder de vista a nuestro animal, por mucho que confiemos plenamente en él. Puede encararse con algún otro animal o ser agredido, por lo que debemos estar ojo avizor. “Como un dueño de perro responsable, necesitas estar listo para dar un paso adelante y ejercer tu autoridad siempre que haya ansiedad o tensión”, señala Mount.
- Ten el mando
Quien haya visto algún episodio de El Encantador de Perros de César Millán, sabrá que uno de los equilibrios más difíciles de encontrar es el de la autoridad y la confianza el perro en su dueño. No podemos llevar a un perro al parque si no podemos controlarlo y no va a hacer caso a nuestras órdenes, pues estaremos poniendo en peligro a las mascotas de los demás. Tampoco debemos llevar comida al parque, puesto que es posible que ello cause que los perros compitan entre sí por el delicioso manjar. Debemos tener siempre una correa a mano para intervenir en eventuales encontronazos.
- Estate siempre preparado para marcharte
A veces, abandonar es la mejor situación. Si has intentado dejar a tu perro solo pero ello no da más que lugar a encontronazos, quizá sea mejor partir en busca de otro parque mejor, esperar a que el día siguiente se encuentre más calmado o bajarlo a horas en las que haya una afluencia menor.
- No te enfrentes a los dueños de otros perros
Tú debes ser el que proteja a su animal de sus instintos, no al revés. Es posible que el comportamiento de nuestro perro o el de los demás pueda dar lugar a desagradables desencuentros, pero debemos afrontar estos siempre con afán constructivo y conciliador.
Fuente: http://www.elconfidencial.com/
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