miércoles, 5 de marzo de 2014

Barcelona quiere evitar que los perros pasen más de 12 horas solos en casa

 
Más control para garantizar el bienestar de la mascota. Barcelona quiere vigilar el número de horas que un animal está solo en casa y controlar exactamente dónde vive, entre otras medidas. El Ayuntamiento de la capital catalana, que ha empezado a tramitar una actualización de la ordenanza de tenencia y protección de animales, quiere así reforzar los controles para evitar que los cachorros y otras mascotas sufran maltratos o estén descuidados.
 
Una de las medidas estelares de esta ordenanza renovada, que de momento cuenta con un amplio consenso social y que ahora deben debatir los grupos políticos del Ayuntamiento, es el control de los tiempos en los que un animal podrá estar solo en casa. Que un amo lo deje más de tres días sin compañía será motivo de sanción, y los plazos se estrechan en caso de perros, que no podrán pasar más de 12 horas en casa si no hay nadie con ellos.
 
 
Además, el Ayuntamiento multará a los propietarios de aquellos animales que estén atados más de dos horas, o una en el caso de cachorros, y también perseguirá a quienes los tengan viviendo en vehículos, patios de luces o balcones (sanción de hasta 1.500 euros). La batería de medidas también incluye la prohibición de usar collares de fuerza o de estrangulación. El concejal de Presidencia, Jordi Martí, argumenta estas iniciativas para ratificar "el respeto por los animales" y la condición de "Barcelona como ciudad amiga de los animales".
 

Atados, incluso en parques

Otro de los grandes cambios para los amos de perros será la obligatoriedad de llevar a sus mascotas atadas siempre, incluso en parques y jardines. El Ayuntamiento sólo permitirá que los canes campen a sus anchas en los pipicanes y áreas de juego de perros que hay en algunos parques, pero no en todo el recinto, y de incumplirse la multa podría llegar a los 1.500 euros. Así, se quieren evitar peleas entre ellos, defecaciones y suciedad por todos lados y que provoquen accidentes.
 
 
Con esta batería de cambios, Barcelona sigue al frente de las ciudades con medidas pioneras en favor de los animales. La permisión de que los perros vayan en el Metro (pero no en el autobús de momento) es una de las políticas más esperadas y será una realidad ya a partir de septiembre. Y aunque de momento el Ayuntamiento paraliza su intención de permitir que los cachorros tengan espacios en la playa en temporada alta, promete que seguirá trabajando en ello.
 
 
Más allá de animales de compañía, el Ayuntamiento endurecerá la pena para quienes alimenten a animales en espacios públicos (multa de hasta 750 euros), una medida hecha adrede para evitar plagas, como las de las palomas, o que se sigan desbordando algunas poblaciones, como los de los jabalíes, que se han convertido en un problema para la capital catalana. Otras medidas más estrambóticas son la prohibición de tener en casa a monos o caballos o la ampliación al veto a las corridas de toros, que ahora no se podrán ni simular para una filmación con animales de verdad.
 
 
 

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