sábado, 24 de enero de 2015

El lobo bueno que tu perro lleva dentro

 
La interacción de los lobos con la manada sirvió de base para la domesticación.
 
 
Hace miles de años, los seres humanos y los lobos comenzaron a convivir por interés y curiosidad. Los hombres encontramos en ellos a un buen guardián o compañero de caza, mientras que ellos descubrieron una fuente fácil de alimento. La teoría más común dice que los lobos se volvieron tolerantes y sociables como resultado de la selección de los seres humanos de estas habilidades durante el proceso de domesticación, con el fin de tener a su lado criaturas mansas y cooperativas. Y así aparecieron los perros, algo que ocurrió en Europa hace 18, 000 años, según data una investigación publicada en la revista Science en 2013. Con el tiempo, se convirtieron en la variedad de razas que hoy tenemos en casa como mascotas.
 
Sin embargo, Rango Friederike y Zsófia Virányi, de la Unidad de Cognición Comparada del Instituto de Investigación Messerli de Viena, cuestionan la validez la hipótesis. A su juicio, no era necesaria una selección activa realizada por el ser humano para conseguir las cualidades de sociabilidad y tolerancia que atribuimos a los perros, sino que esas cualidades ya estaban de forma natural en los lobos.
 
Según explican, los lobos ya eran atentos y cooperativos con sus compañeros de manada, una relación que podría haber servido de base para la que hoy se establece entre canes y humanos, así lo publica Eurekalert.org.
 
Los investigadores creen que los lobos no son socialmente menos exigentes que los perros. Sin embargo, los perros cooperan más fácilmente con los humanos porque les aceptan de buena gana como interlocutores sociales y les tienen menos miedo. Para probar su hipótesis, Rango y Virányi examinaron la atención social y la tolerancia de los lobos y los perros dentro de sus manadas y hacia los seres humanos.
 
Rango y Virányi estudiaron ejemplares que han crecido con miembros de su especie y con los seres humanos en el Centro de Ciencias de Wolf en Ernstbrunn, en la Baja Austria. "Los animales socializan tanto con sus congéneres como con las personas. Para poder comparar el comportamiento de los perros y los lobos y para investigar los efectos de la domesticación, es importante que los animales vivan en las mismas condiciones", explica Virányi.
 
Siguen la mirada humana
 
En las pruebas de comportamiento mostraron que los lobos y los perros tienen habilidades sociales bastante similares. Entre otras cosas, los investigadores probaron cómo los lobos y los perros pueden encontrar comida que ha sido ocultada por un miembro de la misma especie o por un ser humano. Tanto los lobos como los perros utilizaron información proporcionada por un ser humano para encontrar la comida escondida.
 
En cambio en otro estudio, demostraron que los lobos siguieron la mirada de los humanos. Para resolver la tarea, los animales pueden necesitar hacer una representación mental de la perspectiva del que mira. Y los lobos pueden hacerlo bastante bien.
 
Buenos imitadores
 
Otro experimento dio a perros y lobos la oportunidad de observar a sus congéneres cuando abrían una caja. Cuando al observador le llegó el turno de hacer lo mismo, los lobos demostraron ser los mejores imitadores, abriendo con éxito la caja más a menudo que los perros. "En general, las pruebas mostraron que los lobos están muy atentos a los seres humanos y entre sí. Las hipótesis que afirman que los lobos tienen limitadas sus habilidades sociales a este respecto, en comparación con los perros son, por tanto, incorrectas", señala Range.
 
 
 

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