Los fuegos artificiales son motivo de mucho estrés en nuestras mascotas, especialmente durante las fiestas de navidad y año nuevo debido a la intensidad de pirotecnia que involucran estos festejos.
Lo que para nosotros no es más que un ruido fuerte para ellos es algo tremendo e insoportable y la razón de esto es que el oído es el segundo sentido (después del olfato) más desarrollado del perro.
El perro posee unos pabellones auditivos muy grandes y una gran capacidad de orientación para buscar el origen del sonido. Gracias a esto obtienen una percepción muy elevada de los sonidos, siendo capaces de distinguir incluso sonidos muy leves y lejanos con facilidad.
El oído del perro es más sensible a sonidos de alta frecuencia, pudiendo percibir sonidos de hasta 60.000 hertzios frente a los 20.000 Hz que escuchamos los seres humanos, por lo cual pueden captar sonidos imperceptibles para el ser humano como la caída de un alfiler o los emitidos por los murciélagos y las ratas, al igual que, sonidos débiles a una distancia entre 4 y 5 metros mayor que un ser humano.
Imaginemos como los sonidos producidos por fuegos artificiales pueden llegar a ser escuchados por el perro y asustarlo de tal manera que pudiese resultar en una experiencia traumática, por lo que ante esta situación querrá correr a esconderse en algún lugar de la casa en busca de un lugar seguro o en el peor de los casos, en medio de la confusión, correr despavoridos hasta perderse.
Alteraciones de conducta y síntomas
El perro sufre claros síntomas de estrés cuando está sometido a estallidos. Se pone muy nervioso y tiene comportamientos destructivos, sobre todo si está solo en casa.
El temor a los ruidos fuertes es una de las causas más comunes de conductas destructoras en el perro, tales como arañazos, mordidas, rascado de muebles y paredes, así como, auto-traumatismos ocasionados al correr, lanzarse por ventanas, terrazas y balcones, atravesar vidrios o cercas, en algunos casos, hasta rejas.
Consecuencias a la salud
No debemos subestimar el miedo que desarrollan nuestros perros a los ruidos intensos pues esto les puede ocasionar graves alteraciones de salud: desequilibrios emocionales, depresiones y estrés.
La exposición más o menos prolongada a sonidos fuertes, implica una serie de consecuencias negativas para la salud del oído de nuestro perro, pudiendo matar células sensoriales que se encuentran en los oídos, las cuales no se regeneran ocasionando severas discapacidades auditivas llegando inclusive bajo la exposición constante a la pérdida completa de la audición.
Entre las consecuencias visibles podrás observar:
Taquicardia.
Temblores.
Falta de aire.
Náuseas.
Aturdimiento.
Sensación de irrealidad.
Insuficiencia respiratoria
Pérdida de control de esfínteres.
Angustia.
Ataques de pánico (miedo a morir).
Gemidos y ladridos.
Babeo.
Desespero.
Temblores.
Falta de aire.
Náuseas.
Aturdimiento.
Sensación de irrealidad.
Insuficiencia respiratoria
Pérdida de control de esfínteres.
Angustia.
Ataques de pánico (miedo a morir).
Gemidos y ladridos.
Babeo.
Desespero.
Recomendaciones
1. Primordialmente, mantener a loa mascota a tu lado, si es posible durante las fiestas, para que pueda sentirse resguardado y seguro. Para el perro no hay nada mejor que la compañía de su amo, y más aún en medio de fuegos artificiales.
2. ¿Sedantes? – Llevarlo al veterinario para que valore no solo el peso, la raza y edad sino primordialmente su estado de salud actual y diga si es posible darle sedantes, en la mayoría de los casos gotas pues es la presentación comercial más común pero también pudiera recetar tabletas, suspensiones o hasta inyecciones. De igual manera consultar con tu veterinario acerca de la opción de ofrecerle tranquilizantes naturales que pudieran resultar menos invasivos. Cualquier medicamento o droga que se le ofrezca a nuestro perro para tranquilizarlo y disminuir su nivel de excitación debe ser supervisada por su médico veterinario.
3. Provéelo de una habitación pequeña, si el perro queda solo en casa es aconsejable dejarlo donde se sienta cómodo con las persianas o cortinas bajas que lo alejen de las luces de la pirotecnia, sin superficies cortantes o de vidrio, con suficiente alimento y agua, la puerta cerrada, juguetes que puedan morder y dentro de lo posible, artefactos eléctricos encendidos, que produzcan un ruido conocido por la mascota como el de una televisión, radio o ventilador, que disimule el sonido de los fuegos artificiales.
4. Colocar un collar con una identificación que lleve el nombre del perro y teléfono del dueño, esto te ayudará a encontrarlo si se escapa.
5. No lo castigues, no es su culpa, si observas que tu perro ladra, aúlla o se queja trata de entender que es una situación demasiado estresante para él y acaríciale con mucho amor y cariño. Eso bajará su nivel de estrés y lo hará sentirse cómodo y seguro. Regañarlo en ese momento será inútil y solo aumentará su angustia y nerviosismo.
Fuente: http://noticiaaldia.com/
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