lunes, 9 de septiembre de 2013

Los ladridos de un perro. ¿Tolerancia o Intransigencia?



En una Comunidad de Propietarios, sobre todo, los ruidos deben ser limitados y dentro de unas horas razonables, para evitar molestias y no incordiar a los vecinos en la medida de lo posible. Hoy en día, desgraciadamente, muchos de los canes aúllan y/o ladran insistentemente cuando se encuentran solos, muy probablemente debido al conocido síndrome de “ansiedad por separación”. Otros, en su minoría, simplemente ladran cuando sienten o perciben alguna acción cercana a la puerta de su hogar o meramente cuando suena el timbre del mismo.
 
 
Por desgracia, este tipo de acciones están reguladas por las Ordenanzas de cada ciudad, y sus multas, protegiendo así al vecino molestado de ese fatigoso sonido. Los Ayuntamientos son las administraciones encargadas de medir, controlar y gestionar el nivel sonoro soportado por los vecinos en su término municipal. Son ellos los que tienen que velar porque se respeten los límites auditivos, y actuar en consonancia.

¿Cómo evitar que nuestro perro ladre?

 
Si los ladridos y/o aullidos se producen durante el día, el estruendo dificultará la tranquilidad de la vecindad. En cambio, si se producen en horas nocturnas, imposibilitará el sueño del vecindario, lo que puede entorpecer aún más la deseada convivencia.

El can, normalmente, ladra cuando se siente desprotegido o angustiado. Si percibe que la paz de su hogar se tambalea, la defiende a base de ladridos. Si -en cambio- ladra a todas horas, probablemente, es debido a que no está tranquilo estando solo. En ambos casos, es conveniente solucionar el problema con un profesional, para evitar multas y disgustos indeseados.

Con paciencia y tiempo, el experto canino conseguirá que el perro esté siempre sereno y feliz en casa. Esta práctica requiere de unas técnicas determinadas, así que –en cualquier caso- aconsejamos consultar con profesionales del sector.

¿Qué ladridos son ruido y se castigan?

 
El ruido se define como un sonido excesivo y molesto. El exceso de sonido se llama contaminación acústica y altera las condiciones normales del ambiente en una determinada zona. Si bien el ruido no se acumula, traslada o mantiene en el tiempo como las otras contaminaciones, también puede causar grandes daños en la calidad de vida de las personas si no se controla bien o adecuadamente.

Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera los 65dB como el límite superior deseable.

En España, se establece como nivel de confort acústico los 55dB. Por encima de este nivel, el sonido resulta pernicioso para el descanso y la comunicación.
 
 
El ladrido de un perro tiene un promedio de entre 15dB y 100dB (a veces, incluso más), según determinados expertos, lo que sí puede ser denunciable, pues supera el máximo permitido sobre todo en horas nocturnas, donde la máxima permitida es característicamente inferior a la máxima diurna.
 
 
El ladrido esporádico de un perro no supera los límites permitidos. Aunque puede resultar molesto un aullido compulsivo y continuo, no rebasaría el máximo permitido. Un ruido persistente, aunque no supere la barrera establecida por la norma de forma puntual, puede ser muy molesto, y existen ordenanzas que sí lo castigan.

Los aullidos de un perro -como situación sancionable- suele recogerse en las ordenanzas de protección contra ruidos o de convivencia ciudadana.
 
 
En otros casos, en cambio, las molestias que pueden ocasionar los ladridos a los vecinos se recogen, además, dentro de las normas municipales específicas de tenencia de mascotas. Por ejemplo, en Zaragoza no es necesario que el perro supere ciertos límites para que el dueño sea sancionado con una multa económica de entre 450 Euros y 1.500 Euros.

Ejemplos de dueños denunciados

 
Un vecino de Canet d’En Berenguer ha sido sancionado por el Ayuntamiento con una multa de 750,01 Euros por los ladridos y aullidos de su perro, al que tenía en una terraza en el momento de producirse las quejas.

Y, aunque suele resultar extraño que los tribunales y las audiencias provinciales condenen por las molestias causadas por los ladridos de un perro, la Audiencia Provincial de Barcelona condenó a una familia de Villanova del Vallés en 2007 a pagar 5.271 Euros por los ladridos de sus perros, ya que sus vecinos no lograban conciliar el sueño.

Consejos

- Eduque a su perro desde que es cachorro para evitar malas conductas futuras.

- Intente ser tolerante con los vecinos que no comparten el amor por los perros.
 
 
- Puesto que una convivencia saludable es primordial, antes de denunciar, dialogue. Quizás se resuelva la situación de manera más pacífica y rápida.
- Diferencie entre ladrido ocasional y ladrido persistente. En el segundo caso, consulte con un experto para solventar el problema.

 
- Aunque los ladridos esporádicos no suelen superar el máximo de decibelios permitido (no es denunciable), hay que evitar que estas situaciones sucedan.

El experto canino habla

Si su mascota sufre de ansiedad o no puede/sabe estar solo en casa, consúltenos cómo evitar las situaciones mencionadas. Recuerde que un perro adiestrado, es un perro más feliz.
 
 

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