domingo, 4 de enero de 2015

Lo que los perros nos pueden enseñar sobre el sueño


La respuesta a tus problemas con el sueño está en el comportamiento de los perros.
 
¿Sabías que los perros y los humanos tienen ciclos de sueño similares que incluyen una mezcla de sueño profundo y REM? Mientras que los seres humanos experimentan alrededor de cuatro o cinco de estos ciclos en toda la noche, los perros pueden tener 20 o más repartidos durante la noche y el día.
 
Pero la cuestión es que no dormimos igual que los perros, de hecho, todos ellos nos despiertan con sus ladridos de media noche… entonces, ¿en qué nos parecemos?
 
De acuerdo con diversos análisis, especialmente el del historiador Roger Ekirch del Virginia Tech, realizado en 2001, los humanos solían dormir en dos tramos de tiempo diferentes –una concepción contraria a las ocho ‘saludables’ horas que se ‘deben’ dormir y sí muy parecida a los patrones de sueño de un perro–.
 
El análisis indica que los humanos teníamos patrones de sueño segmentados antes de la Revolución Industrial. Este patrón describe un primer sueño que empieza unas dos horas después del anochecer, seguido por un periodo de una o dos horas de vigilia y por un segundo sueño.
 
Durante el periodo existente entre sueño y sueño, las personas de entonces se mantenían realmente activas –al igual que los perros–, a menudo se levantaban, iban al baño, fumaban y algunos incluso visitaban a los vecinos. La mayoría de las personas se quedaban en la cama, leían, escribían y rezaban.
 
Sin embargo, algo cambió. Ahora lo recomendable es pasar 16 horas en vigilia –con una o dos siestas de máximo 15 minutos– y ocho durmiendo… pero, ¿en qué momento pasó?
 
Ekirch descubrió que las referencias al primer y segundo sueño empezaron a desaparecer a finales del siglo XVII. Esta tendencia se inició en las clases altas de Europa del norte y a lo largo de 200 años se filtró al resto de la sociedad occidental.
 
Ya en 1920, la idea de un primer y segundo sueño había desaparecido por completo del imaginario colectivo.
 
Una de las razones de este cambio, según el experto, se debió a las mejoras en el alumbrado público y a la llegada de la electricidad a las casas.
 
Hoy en día el hecho de despertarse en medio de la noche y permanecer –involuntariamente– una, dos o quizá más horas en vigilia antes de volver a conciliar el sueño está prácticamente satanizado.
 
Una de las razones por las cuales la gente padece insomnio crónico es porque asocia un despertar repentino con el estrés, la ansiedad y la depresión, lo cual, eventualmente, sí termina por provocar falta de sueño.
 
Pero ya conoces la historia. Así que si llegas a despertarte en medio de la noche y no puedes volver a dormir, no te estreses, piensa que antes ese era nuestro patrón y no el actual. ¡Piensa y actúa como los perros!, aprende de ellos y cuando menos te des cuenta, sentirás sueño.
 
 
 

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