La estrella de la Unidad K9 ha obtenido primeros lugares en tres premios internacionales, en varias categorías. Foto: Vanguardia-El Universal
Héktor ha participado en las evaluaciones para agentes más importantes de Estados Unidos, obteniendo los primeros lugares a nivel mundial durante los últimos ocho años. En ese país, fue distinguido como uno de los mejores elementos durante una competencia que organizó el Departamento de Policía de Phoenix, Arizona.
El policía nació en la ciudad de Mexicali, localizada en la zona desértica de Baja California, y es fuerte como Kenai, su padre, quien fue un deportista.
Aunque Héktor es norteño, sólo entiende el idioma francés. “Le pied, Héktor; attention”, rozan los oídos del pequeño agente, que escucha a frecuencias de hasta 60 mil hercios, es decir, alrededor de 100 veces más alto que cualquier ser humano. Eso lo hace excepcional, por ello es uno de los mejores agentes de la corporación.
El hecho de que el perro entienda otro idioma le da ventaja sobre los delincuentes.
“Héktor puede realizar de 30 a 50 arrestos anuales. Con su compañía, cualquier agente aumenta su efectividad de detenciones hasta en 40%”, explica Fernando Paniagua, coordinador de la Unidad K9 en Baja California.
Alejandro Ángel, compañero en el entrenamiento del pastor alemán holandés.
Héktor sacude su pequeño cuerpo de arriba abajo. Baja tranquilamente de una de las patrullas de la corporación policiaca, que se encarga de la seguridad de la entidad. Uno de los agentes mexicanos más premiados a nivel mundial, ladra y está peludo.
Es un pequeño pastor alemán holandés, de aproximadamente 60 centímetros de alto, que cuando corre se encorva tanto que se achica al ras del suelo. Las orejas erguidas se ponen alerta por mero instinto.
Corre y corre con la lengua de fuera, mientras Fernando Paniagua, su dueño y entrenador, lanza palabras en francés que van revoloteando en el aire: “¡saut!” (salta). “Podría decir que desde Baja California, tenemos a los mejores perros policías de México”, lo sostiene y no teme ofender a nadie.
Confunden su nacionalidad
“¡Estoy pensando en comenzar a dar indicaciones en español, porque en Estados Unidos cuando ganamos todas las competencias creen que los perros son de Francia, y no, son de México!”, bromea Fernando Paniagua.
Héktor ha participado en las evaluaciones para agentes más importantes de Estados Unidos, obteniendo los primeros lugares a nivel mundial.
La vida de un ex criador y ahora coordinador de la Unidad K9 estaba trazada desde pequeño. Cuando su padre, también dedicado a la cría de canes de belleza, le inculcó el amor por esos animales.
“Yo veía en las exhibiciones a perros que tenían destrezas increíbles; yo hacía de todo y quería aprender, pero en ese entonces los entrenadores no querían enseñarme, eran muy celosos de su trabajo. Entonces me sentaba en un parque y desde ahí observaba lo que hacían los grandes”.
Para 1989, y con 25 años cumplidos, comenzó a entrenar a los perros policías de la PGR, en la ciudad de México. “¡Me enamoré de los perros policías!”. Para 2004 fue convocado a formar en Baja California la Unidad K9 (de canine o canino). Desde entonces Paniagua no ha parado de crear y asesorar a unidades en todo México.
Son apenas 14 agentes caninos, pero desde 2004 han obtenido alrededor de 40 premios internacionales. El “Top Dog” en Estados Unidos; tercer lugar en ese país en búsqueda de explosivos; primer lugar en búsqueda de edificios y primer lugar en agilidad, son algunos de los logros de Héktor.
Pero los perros policías bajacalifornianos también han alcanzado el primer lugar en la búsqueda de narcóticos en Las Vegas, Nevada, y en detección de drogas en Riverside, California, así como el segundo lugar en las competencias internacionales de Arizona.
-¿Por qué los perros bajacalifornianos únicamente obedecen ordenes en francés?-
“Empezaron a venir franceses a México a enseñarnos todo lo que es sobre el entrenamiento de alto nivel; Francia es considerado uno de los países más avanzados en el adiestramiento, tiene más de 100 años preparando a perros. Tenían mucha experiencia”.
“Realmente después de 20 años de estar entrenando en francés, ya estamos acostumbrados, además que el sonido bucal de las órdenes es muy diferente de una a otra. Es dulce y eso hace que para el perro, sea más fácil aprender”, explica Fernando Paniagua.
Además, asegura que el hecho de que el perro sólo entienda francés les da ventaja sobre los delincuentes en la calle. No saben que indicaciones están lanzando. Explica que actualmente planean comenzar a dar algunas órdenes en español, aunque es más complicado para los perros entenderlas.
Expone que “como les estamos ganando a los perros estadounidenses, en ese país creen que nuestros animales vienen de Francia. ´Dicen: tu perro es francés, y lo trajiste de allá, por eso nos están ganando´. Les explicamos que el perro está entrenado en francés, pero es mexicano”.
Perros contra el narco
Ahí está Fernando Paniagua, alto y muy delgado, detrás de una pared. Enfundado en su traje azul rey y su placa dorada, con una mano sostiene una pistola y con la otra le hace un ademán a Héktor. “Quieto, quieto”, dice en francés.
El área de entrenamiento de la unidad canina se localiza en el municipio de Tecate, una zona montañosa, donde entre la tierra roja se construyó un edificio que asemeja un complejo habitacional devastado; ahí practican los futuros agentes caninos.
Al frente, Alejandro Ángel Alzaga —un joven que egresó de la corporación hace tres años— se prepara: apunta con un arma corta desde la esquina de su patrulla a una mujer metida dentro de una botarga. ¡Alto Policía Estatal Preventiva! Eufórico, Héktor corre y en tan sólo unos segundos logra la captura de la falsa criminal.
Aunque hace un par de años la violencia en Baja California disminuyó, sin embargo, el apoyo de los “súper perros”, continúa siendo vital para lograr el descenso en la incidencia delictiva. Participan en los frentes tanto de la búsqueda de narcóticos como en los enfrentamientos armados.
“El perro nos ha ayudado a alertar la presencia de narcóticos. Es también una forma eficiente de tener más éxito en cuanto a los decomisos. Revisar un vehículo me llevaría a mí alrededor de 30 minutos, y al perro le lleva únicamente tres”.
Los perros policías combaten al narcotráfico, que ha encontrado su ruta natural en Baja California para el trasiego de drogas a Estados Unidos. Paniagua cuenta que incluso los cuadrúpedos han colaborado activamente en los hallazgos de drogas de los “narcotúneles” que se han encontrado en los últimos años en la zona fronteriza norte.
Alejandro es un agente K9, como les llaman aquellos que se hacen acompañar de un agente canino. El suyo es Joker, un pastor belga malinosis. El pequeño perro de pelaje café y el mentón negro, tiene un año a su lado.
“Desde siempre me gustaron los perros; [Joker] es mi compañero, convivo con él y lo llevo a mi casa, con mi familia y mi esposa, es parte de mi vida, todos los días estamos juntos”, explica el agente.
Los perros también han ayudado a sensibilizar a los policías de la corporación: Alejandro no piensa en Joker como una carnada para salvar su pellejo en un enfrentamiento.
“Hace tiempo una persona estaba haciendo detonaciones con un arma de fuego en un edificio y el primero que entró fue Joker a someter a la persona. Pero ese día se cortó su patita. Estuvo dos meses sin trabajar; yo le hice todas sus curaciones”.
Ahora, uno de los pensamientos que le atormentan es que su amigo pueda volver a salir herido. Piensa en las desventajas que podría tener sobre una persona que tiene un arma. “Él no la tiene, y me pongo a pensar que sería difícil para mí si le pasara algo”.
La voz de Paniagua desciende, Héktor se tira y yace al ras del suelo. Su cara no da muestras de fatiga, tampoco se ve tenso por el esfuerzo. “Se repega en mi pierna y busca mi mano; se convierte en un perrito más”. Su jornada laboral terminó: ahora se irá a Mexicali, donde nació y vive con la familia de su entrenador, para convertirse al otro día, en el “súper policía”.
Fuente: http://www.vanguardia.com.mx/
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