viernes, 19 de octubre de 2012

Fase esencial de un cachorro: la IMPREGNACION


El cachorro atraviesa varias fases de crecimiento:

- Fase Neonatal: Desde el nacimiento hasta que abren los ojos, aproximadamente, a los diez días de vida. En esta fase, únicamente emplean los sentidos térmico y táctil. Por ello, es habitual ver a los cachorros agrupados en un rincón o una esquina. Los sentidos del olfato y del gusto los emplean en menor medida.





- Fase Intermedia: Desde que abren los ojos hasta el destete, aproximadamente, desde el octavo al vigésimo día de vida. Comienzan a reaccionar a las caricias, al miedo a lo desconocido tumbándose en el suelo, comienzan a percibir imágenes visuales (no el movimiento),... En esta fase, empiezan a andar torpemente, descubriendo el ladrido y los gruñidos en el camino. Se desarrollan los sentidos de la vista, el olfato y el oído, pudiendo asustarse de los sonidos fuertes.



- Fase de Adaptación: Hasta el primer mes de vida. Esta fase es la de mayor cambio para el cachorro. Ya empieza a comer pienso reblandecido, duermen menos porque juegan más, se alejan del nido para hacer sus heces y orines,... Es la etapa de la exploración o impregnación. Durante estos días, el cachorro tiene una curiosidad enorme por su entorno, por su especie y todo lo que le sucede. Es la etapa donde se recomienda que se le acaricie a menudo para que se acostumbre a los humanos. Igualmente, es la fase en donde le empiezan a salir los dientes y, por tanto, comienza a jugar mordisqueando a sus hermanos y a todo lo que le rodea.



- Fase de la Socialización: Del primer mes al cuarto mes de vida. Ya perciben a su observador y, por lo general, suelen ir tras él, siguiéndole a todos lados y jugando a morderle como diversión. Ya reconocen y diferencian objetos. Van adquiriendo el hábito de dormir más separados de sus hermanos, a menos que la temperatura requiera algo más de calor corporal. Juegan entre sí más ferozmente, gruñendo y ladrando.



Estas dos últimas fases son las más importantes en el desarrollo del cachorro, ya que determinará el carácter del perro en la edad adulta. Una mala intervención por parte del criador o por parte del propietario del cachorro en esta etapa puede provocar una conducta inadecuada en el futuro del perro, de difícil solución.

Por ello, desde el primer mes y hasta los cuatro meses de vida, es aconsejable que el cachorro sea expuesto a estímulos y situaciones con los que va a estar en contacto a lo largo de su vida: ruido de coches, personas, otros animales, ruido de la ciudad,...

Es esencial también que el cachorro tenga contacto con otros animales y con personas, para que se desarrolle una conducta social normal. Lo ideal es sacarlo a la calle y dejar que otros perros le huelan, haciendo lo propio. Igualmente, tiene que acostumbrarse a que otras personas le acaricien, evitando así conducta traumáticas para el cachorro en el futuro.



- Fase Juvenil: Del quinto mes al año. Esta fase es la continuación de la anterior, siendo muy importante la socialización del cachorro, siendo fundamental acostumbrarle a bocinas, petardos, maquinaria,... ¡cualquier ruido!

Los machos empiezan a levantar la pata entre el quinto y el octavo mes (siendo más común en el octavo), empezando a existir las jerarquías. En esta fase, ya empieza a haber perros dominantes y perros sumisos.




Abrimos aquí un pequeño paréntesis para la jerarquía. Comentar que muchas personas que deciden comprar o tener un perro, están llenos de buenas intenciones procurando hacer la vida de su mascota lo más feliz posible. Sin embargo, uno de los errores más graves (y más común) que cometen es el de intentar humanizar al perro. Esto, por supuesto, nos lleva irremediablemente a enfrentamientos con el perro antes o después, y posibles mordiscos hacia los restantes miembros de la familia o hacia visitas que sienten como amenazantes para su entorno.

Debe existir una coherencia clara en la forma de educar al perro y en este punto entran los juegos, la alimentación, las normas de convivencia, las normas propias,... Un perro, desde cachorro, ha de tener muy claro qué está bien y qué mal y, sobretodo, quién es el que manda SIEMPRE, y no es él.


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