miércoles, 4 de marzo de 2015

Perros sí, perros no

 
ESTÁN los que creen que los perros no deben pisar la playa, ni la calle, ni el parque, nunca, debiendo quedarse en casa jugando a la Play o viendo cualquier cosa en la tele, esperando a que se le caiga el pelo a mechones. Están los que creen que los perros deben ir a la playa, sí, pero maniatados, con bozal, antifaz y bolsa para las cacas y agua embotellada para los pipís. Están los que piden que se ofrezca a los dueños solo un trocito de playa, pero que los perros vayan sueltos y libres para ladrar y sudar con la lengua afuera tanto como deseen. Están los que exigen prohibir la entrada de humanos a la playa todo el año. Están los que entienden que la playa es de todos, de los que la llenan con bolsas de patatas, de los que fuman y de los que llevan a sus perros a hacer ejercicio mientras depositan, si lo necesitaren, sus cosas en la arena, seca o mojada. Están los que dicen que para qué quieren regular la presencia de perros en la playa, cuando ya lo hacen aun estando prohibido. Están los partidarios de prohibir la tenencia de toda mascota y considerarla atentado contra la salud pública. Igual que también están los que promueven tapar la boca, de manera figurada, pero sin indulgencia, a quien dice sandeces cuando habla de perros (¿como yo?) Están los que dicen que los perros no ensucian nada comparado con lo que ensuciamos nosotros. Están los que creen que los perros son reencarnaciones sagradas y los que no. Están los que piensan que el debate hay que esterilizarlo. Están los que acusan de demagógica la propuesta del gobierno local porque entiende que lo que se busca es el voto de la dueña del perro, que le gusta ver cómo ensucia la playa su mascota mientras corre y le da igual votar a quien se lo permita. Están los que se ofuscan. Están los que ladran más que hablan. Están los que tienen miedo, asco, y los que no. Están los que aplauden. Están los que pasan un kilo de todo. Están los que ni van a la playa pero revisan mucho su Facebook.

Los que no están son los que tienen jilgueros o cerdos vietnamitas. Pero ¿no están dónde?
 
 
 

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