Somos muchos los que nos preocupamos por
nuestras mascotas y sus necesidades: un buen veterinario, un buen espacio donde
vivir, un buen ejercicio físico basado en juegos y entretenimiento, un buen
adiestramiento y, sin lugar a dudas, una buena alimentación.
Teniendo en cuenta la situación actual
del país, pensamos (erróneamente) que ahorrar en gastos de nuestro perro supone
descuidarlo. Y, como otros muchos, esa afirmación es un falso mito.
Dependiendo de su edad, su raza, su físico,
su entrenamiento y sus requisitos, un perro tiene una serie de necesidades que
debemos cubrir y no necesariamente han de ser caras. Así, un cachorro de
yorkshire de cuatro meses no comerá nunca la ración de un perro adulto de tres
años de raza rottweiler. ¡Es impensable y, por tanto, inconcebible!
Para ello, las tiendas especializadas en
venta de pienso para perros, como la web La Tienda de mi Mascota, entre otras, ofrecen
una amplia gama de alimento siendo imprescindible, a la hora de elegir el más adecuado
para nuestra mascota, diferentes factores fundamentales:
- Edad.
Los cachorros consumen muchísima energía a lo largo del día. Por eso, es
conveniente que el pienso que ingieran sea rico en proteínas, muy graso y de
gran concentración energética. Como los primeros meses de vida son los que
producen un crecimiento más acelerado, nosotros aconsejamos darles cuatro o
cinco raciones diarias. A partir de los cuatro meses de edad, sugerimos darles tres
raciones y, una vez adulto (doce meses, aproximadamente, aunque en algunos
perros molosos se extiende incluso hasta los dieciocho meses), sólo dos.
Por supuesto, los perros adultos y los
perros senior consumirán un pienso menos graso y proteínico pero con más base
mineralógica y vitamínica, pues su grado de actividad es menor y, por tanto, su
consumo energético más bajo.
·
A
menos edad, más grasas y más nutrientes proteínicos.
·
A
más edad, más nutrientes mineralógicos y vitamínicos.
- Raza.
A la hora de elegir un buen pienso, también debemos tener en cuenta la raza de
nuestra mascota. No consumirá lo mismo un bichón maltés que necesita poca
energía física que un perro de trabajo o deporte, al que se le exige un
entrenamiento prolongado y su desgaste físico es mayor.
Al bichón maltés debemos darle una
alimentación más baja en grasas y nutrientes proteínicos.
En cambio, los perros de gran actividad
física deben tener una dieta equilibrada rica en nutrientes vitamínicos y
mineralógicos.
·
A
más actividad física, más nutrientes mineralógicos y vitamínicos, así como
mayor hidratación. Se recomienda no darle ningún tipo de alimento dos horas
antes y después del desempeño del ejercicio físico.
·
A
menos actividad física, menos grasas y proteínas.
- Casos
concretos. Las perras embarazadas o en lactancia, perros esterilizados,
con alergias alimentarias, obesos, con diabetes, con pérdida de apetito, con
medicación determinada… deberán tener especial atención, pues su alimentación será
diferente que la de otro perro de su misma raza y edad.
Por ejemplo, no consumirá lo mismo una
perrita cocker spaniel inglés de tres años que una perrita cocker spaniel
inglés de tres años que esté preñada de siete cachorros. Esta última, no deberá
tener carencias (ni ella ni sus fetos) y seguramente, a las cinco semanas de
embarazo, aproximadamente, demandará un alimento más graso, más apetente y más
aromático que le atraiga más (normalmente, exigirá pienso húmedo, por ser más
fragante y jugoso que el seco).
Gitana de Torrijos. Propiedad de Toysacan
Así, tampoco consumirá lo mismo un
golden retriever de cinco años que un golden retriever de cinco años con
obesidad. A este último, es recomendable darle un pienso seco específico
(normalmente, un pienso light) acompañado de ejercicio físico para reducir la
ansiedad a la hora de la comida.
En los casos concretos, recomendamos
siempre acudir al veterinario para evitar dar una alimentación inapropiada y/o
dañina a nuestra mascota.
Las características del pienso también
son básicas para elegir una alimentación apropiada para nuestra mascota, siendo
importante la calidad de los ingredientes, el proceso y sistema de fabricación,
los controles analíticos, el envasado, almacenaje y distribución y, por
supuesto, el marketing:
- Pienso
seco. Son más calóricos y proteínicos que los piensos húmedos, se
pueden almacenar durante más tiempo y son más económicos. Además, la dureza y
textura del pienso ayuda a mantener los dientes y las encías de nuestros perros
más fuertes y sanos, previniendo la formación de sarro.
Es importante añadir que, normalmente, los
piensos secos contienen más nutrientes proteínicos de los necesarios y más
grasa de la recomendada, siendo importante e incuestionable dar la ración que
indica el fabricante a nuestras mascotas, para evitar así perros obesos o
enfermos.
- Pienso
húmedo. Cuentan con gran cantidad de agua, por lo que son más
hidratantes. Son más aromáticos, seductores y apetentes. Están especialmente
recomendados para perros con pérdida de apetito, gran desgaste dental, enfermos,
menos hidratados,… por su fuerte aroma y su fácil digestión.
Sin embargo, este tipo de pienso es más
propenso a favorecer el sarro, con lo que se recomiendan revisiones dentales
cada año. Igualmente, su almacenaje es de menor duración y, una vez abierto, ha
de ser consumido en un máximo de dos días. Además, su coste es más elevado.
- Ingredientes.
Los componentes que constituyen el alimento de nuestra mascota son tan
importantes como su textura, su dureza o su aroma. Éstos deben ser
especificados por cada fabricante en la etiqueta del paquete o lata en orden de
peso de mayor a menor.
A la hora de describirlos, usarán
nombres comunes (maíz, arroz…) o no tan comunes (como la “zeolita” o el
“sulfato de condrotina”) y nombres genéricos (carne, pollo…) o no tan genéricos
(carne deshidratada de pavo).
Las harinas de carne son engañosas en
exceso, pues el fabricante no especifica si es de buena o mala calidad en la
etiqueta. Para ello, aconsejamos que investigues la marca que compras para
evitar sorpresas.
También hay que prestar atención a los
subproductos, tanto de los ingredientes cárnicos como de los ingredientes del
reino vegetal, siendo aconsejable evitarlos. Son productos de baja calidad
(tejidos nerviosos, pezuñas, tripas, sangre, plumas,…), de mala digestibilidad
y muy poco nutritivos.
Hay que tener especial cuidado con
algunos aditivos que son dañinos para la salud de nuestros perros, siendo su
composición tóxica o potencialmente tóxica para ellos. Entre ellos, podemos
destacar los siguientes: gliceril, monoestearato, azul
2, rojo 40, tartracina o amarillo 5, amarillo 6, BHA o butilhidroxianisol, BHT
o butilhidroxitolueno, etoxiquina y propil galato o ácido gálico.
- Método de fabricación. El
sistema de elaboración es primordial para obtener un pienso óptimo. Para su
producción, se utiliza el sistema de extrusión
del pienso (más habitual hoy en día),
horneado del pienso (reduce al mínimo las proporciones del alimento:
contiene más aire que alimento) o granulado (muy mala digestibilidad del
producto: muy poco recomendable) que consisten, básicamente, en la
granulometría uniforme de los ingredientes molidos, la distribución
completamente homogénea de la masa en la mezcladora, el calentamiento y la
hidratación de la mezcla (se le añadirá agua y vapor), el amasamiento, corte,
fricción y cocción de los nutrientes del alimento, la secadora, la engrasadora
donde se adicionan aceites vegetales y, finalmente, la enfriadora de aire para
igualar la temperatura del alimento con la temperatura ambiente y poder almacenar
el producto.
Posteriormente,
se realizan métodos analíticos (normalmente, en laboratorios externos) y
controles oficiales, de calidad, sistemas de autocontrol, análisis de
laboratorio, ensayos de alimentación y control de producción y trazabilidad.
Una
vez superados todos los exámenes, se almacenará en un lugar seco, fresco,
aislado del piso y en su envase original. El plazo de conservación normalmente será
de doce meses.
De todos modos, si tenéis
dudas con respecto a la alimentación de vuestro perro, nosotros recomendamos
que acudáis a vuestro veterinario.
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