- Elton, Pipo, Dzana y Fatal han participado en 16 casos en los primeros seis meses de 2014, más que en todo el año anterior.
- Son pastores belgas mallinoise y pueden extraer olores de restos humanos de hace años, sin confundirlos con los de animales.
Los asesinos intentan limpiar la escena del crimen lavando los zapatos con lejía, limpiando concienzudamente las superficies que han tocado o enterrando los cadáveres, pero casi nada escapa al olfato de los perros adiestrados de la Guardia Civil, que en los últimos meses están en racha en la resolución de casos.
Por eso son cada vez más solicitados estos canes especializados en la detección de restos biológicos y sus guías, que se desplazan desde la sede del Servicio Cinológico de la Guardia Civil de El Pardo a cualquier punto de España para inspeccionar el lugar del crimen o registrar una vivienda.
En 2013 intervinieron en quince servicios y en los primeros seis meses de 2014 ya han participado en 16, más que en todo el año anterior. Y en la mayoría encuentran indicios que permiten resolver o al menos avanzar en el caso, como ha ocurrido recientemente con crímenes cometidos en Lugo y en las localidades madrileñas de Pinto y Las Rozas.
Elton, Pipo, Dzana y Fatal son pastores belgas malinoise y pueden extraer olores de restos humanos de hace años, sin confundirlos con los de animales.
Lo hacen incluso si la sangre se ha limpiado con un producto tan desinfectante como la lejía, como hizo Constancio el pasado 3 de junio tras presuntamente matar a una compañera de trabajo en el cuarto de la limpieza de un bloque de Pinto, donde la dejó antes de seguir su ruta laboral, para no levantar sospechas.
Limpió el coche, lavó la ropa y se afanó con los zapatos que supuestamente llevaba cuando perpetró el crimen, que desinfectó con lejía.
Pero Elton y Pipo, entrenados a diario por los guías Juan Manuel Sánchez e Israel Herrero, encontraron restos de sangre, imperceptibles a la vista e inoloros, que le incriminaron como el culpable.
También fueron esenciales para descubrir quién era el asesino del hombre cuyo cadáver fue hallado el pasado 3 de abril, semienterrado y desmembrado, en las afueras de Las Rozas.
La investigación apuntó a un allegado del fallecido cuya vivienda se registró. A pesar de estar todo aparentemente limpio, los canes encontraron restos que fueron determinantes en varios lugares, incluidas las hachas con las que se perpetró el crimen.
Más lejos viajaron para ayudar en la resolución de otro caso: al conocido burdel Queen's de Lugo, epicentro de la denominada operación Carioca, que comenzó en 2009 y desmanteló una supuesta red de prostitución y proxenetismo en la que estaban presuntamente implicados varios agentes.
Había sospechas de que en el club fue asesinada y enterrada una de las meretrices, y el pasado mes de mayo la hipótesis se confirmó cuando los perros adiestrados localizaron restos humanos, aunque la investigación continúa.
Juan Manuel Sánchez juega con Elton antes de ordenarle buscar un hueso, pequeño y con una antigüedad de unos diez años, por lo que ni parece humano ni huele como tal. Lo ha enterrado en una de las zonas ajardinadas de la Escuela de Adiestramiento el Servicio Cinológico.
El can lo encuentra en unos segundos y se queda quieto, sin tocarlo, ya que le han enseñado que debe marcarlo muy de cerca pero no morderlo, para no dañar una posible prueba.
Sánchez explica orgulloso que Elton puede "extraer" el olor de los restos, al igual que los otros tres perros del grupo, por lo que "hay pocos sitios en España en los que no hayamos estado varias veces" desde que comenzaron su andadura en 2006.
El guía destaca que "fuera de España, el marcaje de un perro de restos es una prueba pericial" y relata que conforme surgen nuevos casos se aprende más, ya que cuando un perro participa en alguno la experiencia sirve para el resto.
Israel Herrero cuenta, con Pipo demandando su atención, que se ha avanzado mucho pero "hay que seguir trabajando para mejorar, para que cada vez sean más minuciosos y puedan enfrentarse a cualquier situación".
Fuente: http://www.teinteresa.es/
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