El Ayuntamiento de Valladolid ha impuesto 23 sanciones en lo que va de año por no retirar excrementos de la vía pública.
Suele decirse que pisar una caca de perro trae buena suerte. Ese, al menos, es el consuelo al que muchos se aferran después de haber ‘metido la pata’, al ir paseando tranquilamente por la capital vallisoletana.
Este tipo de comportamientos poco solidarios con el resto de vecinos de la ciudad está recogido en el artículo 14.8 de la Ordenanza de Protección de la Convivencia Ciudadana y Prevención de Actuaciones Antisociales. Tal punto establece que «las personas que conduzcan perros u otros animales deberán impedir que éstos depositen sus deyecciones en las aceras, calles, paseos, jardines y, en general, cualquier lugar dedicado al tránsito de peatones o juegos infantiles. Así mismo, los propietarios o responsables de animales deberán recoger los excrementos sólidos que los mismos depositen en la vía pública. Y deben hacer que éstos evacuen las deyecciones en los lugares destinados al efecto y, en caso de no existir lugar señalado para ello, los responsables deberán llevarlos a la calzada, junto al bordillo y lo más próximo a los sumideros del alcantarillado».
El artículo no deja lugar a dudas, pero pese a lo recogido en la ley la realidad y la presencia de estos excrementos es otra bien distinta, visible y maloliente. Por eso, en lo que va de año, un total de 23 personas han sido multadas por no recoger los excrementos de sus mascotas de las vías públicas. Este incívico comportamiento puede salir caro si se tiene en cuenta que penalización es de 60 euros, pero la cantidad puede elevarse hasta los 750 euros de sanción para los casos más graves. «Serían por ejemplo aquellas personas que no retiren los excrementos de forma reiterada, si se les ha denunciado ya con anterioridad o si se les ha visto en más de una ocasión», comenta el encargado de relaciones exteriores de la Policía Municipal, José Antonio Ramos, quien reconoce la dificultad que existe a la hora de hacer este hecho comprobable. «Los avisos a veces los dan los vecinos que ven a alguien escaqueándose de esta tarea, o los propios policías de barrio que trabajan en sus respectivas zonas a diario», comenta Ramos.
El encargado de relaciones exteriores de la Policía Municipal quiso aclarar que eso corresponde al departamento de legalidad vial, que son los que imponen las sanciones, «nosotros nos limitamos a denunciar el hecho». Dicho esto, las 23 personas que han sido multadas en este primer semestre de 2014 volverán a pensárselo dos veces a la hora de dejar vía libre a sus mascotas para defecar en plena calle.
Los lugares ‘preferidos’, son obviamente, parques y jardines. En ellos los perros campan a sus anchas y dejan ‘su particular regalito’ en mitad de los mismos. Fuentes municipales del servicio de Parques y Jardines de Valladolid corroboran el impacto que las heces tienen en las calles y en las zonas verdes de la ciudad. «En el caso de la orina de los perros, el líquido tiene un alto contenido en amoníaco por lo que se crean quemaduras en el césped que se manifiestan como pequeños círculos amarillentos en los que se producen hoyos». Por este motivo, se cambió el césped de la plaza de Santa Cruz, por flores de temporada, con el fin de que los perros no entrasen en dichos lugares.
Evacuatorios
El lugar que más preocupa a los trabajadores del servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento es la Plaza del Milenio. «Allí es donde estamos poniendo más cuidado y es la zona que más mimada tenemos. No queremos que se deteriore». Aunque en principio no se toma ningún tipo de medida para paliar los efectos que producen los excrementos de los animales en los jardines y parques de la ciudad. «Por esa parte, no hay ningún tratamiento específico, esto no supone un coste al Ayuntamiento. En Valladolid el problema no es que haya pocos evacuatorios caninos, más bien se trata de un conflicto de dimensiones. Desde el Consistorio están programando la creación de nuevos ‘retretes’ caninos. Un ejemplo es el que se hará en Parquesol. «Estamos retirando los pequeños porque se llenan enseguida de excrementos y esto implicaría tener un servicio de limpieza 24 horas, las heces se acumulan y no es nada funcional».
Por lugares, estos ‘indeseables regalitos’ se acumulan en el centro, que es la zona que se encuentra más alejada de espacios abiertos para que los perros puedan hacer sus necesidades. En concreto, la zona de la Catedral es las más conflictiva en este sentido; también en el Camino de la Esperanza o el barrio de Huerta del Rey son los ‘puntos calientes’ de este particular conflicto. «Los vecinos no tienen zonas verdes muy próximas y aprovechan cualquier espacio para dejarlos en las vías públicas». Fuera de la temporada de siega del césped los problemas se acentúan. «En octubre y diciembre la gente nos llama y se queja de espacios indecentes», comentan desde Parques y Jardines de Valladolid.
No es plato de gusto ni pisarlas ni recogerlas. Desde el Servicio de Limpieza del Ayuntamiento, reconocen que «deteriora la higiene pública de vías urbanas, parques y jardines. Los operarios destinados a cada zona las retiran a diario, pero son los dueños de los perros quienes deben recogerlo», señala Ambrosio Manzano.
Desde el Servicio de Limpieza entienden que es muy difícil pillar ‘in fraganti’ a los dueños que se intenta escaquear. «Es cuestión de civismo, de no mirar para otro lado, es cierto que cada vez hay más gente que sale a pasear a sus mascotas con bolsas para recoger las heces, pero aún se necesita más actitud».
Fuente: http://www.elnortedecastilla.es/
Yo les multaría y les enviaría las heces por correo o se las pondría en el portal de su casa. Con algunos, es un imposible. ¡Una vergüenza! Y aunque se lo digas, ni caso. Muy buena iniciativa la multa. Sólo falta que paguen, eso sí.
ResponderEliminarEs que me parece genial que denuncien y aquí en Madrid deberían estar más pendientes porque es una vergüenza! Yo me gasto el dinero en mis bolsitas para cacas! Otros por qué no? Buena iniciativa
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