Maximiliano Marc es no vidente y fue bajado casi a golpes por un taxista en Rosario que se negó a que subiera con su lazarillo. Mariano Luján vive en Córdoba y cuenta cómo es su experiencia.
Mariano Luján y Maximiliano Marc son dos jóvenes no videntes que se valen de la ayuda de perros guías para moverse por la vida. El primero vive y trabaja en Córdoba y el segundo en Rosario.
El tema de los perros guías cobra vigencia a partir de la actitud hostil de un taxista en Rosario que bajó a Marc a los empujones.
También señaló que tuvo problemas para subir a un colectivo con el perro.
"Fue en 2011 y el chofer se levantó y me golpeó en la cara y me hizo bajar del colectivo", contó Maximiliano.
"En Córdoba se hizo una campaña muy fuerte de concientización, pero el problema lo tenemos a la hora de tomar un taxi en la calle", contó Luján.
Maximiliano pidió que se difundan las leyes nacionales, provinciales y ordenanzas municipales que avalan el uso de medios de transporte con perros guías.
Maximiliano contó la pesadilla que vivió en Córdoba cuando quiso alojarse en un hotel con su perro.
"En Carlos Paz no pudimos y después con una amiga estuvimos horas recorriendo otros lugares y no hubo caso y me tuve que volver", señaló el joven.
Tanto Mariano como Maximiliano adquirieron sus perros guías en Estados Unidos, a través de una fundación que los cría y entrena para esta actividad.
"Para entender lo que nos pasa cuando no nos dejan pasar con nuestro perro guía, yo digo: nadie le pediría a un paralítico que pase a un lugar pero que deje su silla de ruedas afuera".
El tema de los perros guías cobra vigencia a partir de la actitud hostil de un taxista en Rosario que bajó a Marc a los empujones.
También señaló que tuvo problemas para subir a un colectivo con el perro.
"Fue en 2011 y el chofer se levantó y me golpeó en la cara y me hizo bajar del colectivo", contó Maximiliano.
"En Córdoba se hizo una campaña muy fuerte de concientización, pero el problema lo tenemos a la hora de tomar un taxi en la calle", contó Luján.
Maximiliano pidió que se difundan las leyes nacionales, provinciales y ordenanzas municipales que avalan el uso de medios de transporte con perros guías.
Maximiliano contó la pesadilla que vivió en Córdoba cuando quiso alojarse en un hotel con su perro.
"En Carlos Paz no pudimos y después con una amiga estuvimos horas recorriendo otros lugares y no hubo caso y me tuve que volver", señaló el joven.
Tanto Mariano como Maximiliano adquirieron sus perros guías en Estados Unidos, a través de una fundación que los cría y entrena para esta actividad.
"Para entender lo que nos pasa cuando no nos dejan pasar con nuestro perro guía, yo digo: nadie le pediría a un paralítico que pase a un lugar pero que deje su silla de ruedas afuera".
Fuente: http://www.cadena3.com/
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